Fallece nuestra hermana Coloma Bosch

Coloma Bosch

Fallece nuestra hermana Coloma Bosch

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Nuestra hermana Coloma Bosch falleció repentinamente en Inca la mañana del 27 de septiembre de 2020 a la edad de 90 años.

Pinceladas de su vida

Nuestra hermana Coloma Bosch Sard nació en Manacor el 6 de marzo de 1930. Entró como postulante en Pureza de María el día 2 de febrero de 1959 en el Noviciado de Son Serra (Mallorca). El 3 de agosto de 1961 profesó temporalmente en Son Serra.
Desarrolló su labor apostólica como maestra de Primaria en Establiments, en el colegio del Grao (Valencia) y en Inca.
Hizo sus votos perpetuos en Bilbao el 11 de agosto de 1966.

A partir de 1976 en Inca ejerció como maestra de Primaria y ayudante en la Administración del colegio y de la comunidad.
En el curso 1995-1996 dejó de dar clases, pero continuó con las demás ocupaciones. El 3 de agosto de 2011 celebró sus Bodas de Oro en el Colegio de Inca acompañada por su comunidad, su familia y amigos. En 2017 le diagnosticaron la enfermedad de Alzheimer. Poco a poco su estado de salud va decayendo, pero siendo muy atendida y querida por su comunidad.

Nuestras hermanas de Inca nos hablan de Coloma Bosch

Sus hermanas de comunidad nos cuentan que la hermana Coloma tenía un don para tratar con los niños pequeños, la seguían por el patio del colegio y la querían mucho.

Testimonio de la hermana Marina Lobenstein

«Hoy quiero agradecer al Señor el tiempo compartido con nuestra hermana Coloma en Inca. Una religiosa trabajadora, orante, descomplicada, muy amante del Señor, de la Virgen y la Congregación. Y porqué no decirlo: “juguetona”. En el ascensor o camino al comedor le gustaba que le hicieran bromas; y cuando entendía la broma las seguía… se reía, nos reíamos juntas.
Su amor al Señor y a la Virgen se palpaba en la comunidad con sus silencios orantes, sus visitas a la capilla y sus rosarios constantes a nuestra Madre. Gracias Coloma, por dejarnos ver en ti ese rostro de Jesús con tu vida, tu entrega y tu amor a la congregación.»

Testimonio de la hermana Raquel Martínez

“Y les abrazaba y les bendecía imponiéndoles las manos” (Mc 10,16)
El Señor nos llama a abrazar y bendecir en su nombre. Esta es una vocación muy especial; esta ha sido la vocación de la H. Coloma Bosch a la que acabamos de despedir.

Todos los que la hemos conocido y hemos vivido con ella, somos testigos de que su vida ha sido donada con gozo al Señor, dejando una huella imborrable en cada uno de nosotros. Una religiosa que supo encarnar esa frase del Evangelio: “Dejad que los niños se acerquen a mí”; ¡Cuántas generaciones de pequeños han pasado por ella!. A cada uno le daba un dedo de sus manos para que estuvieran bien cogiditos y los que no cabían se agarraban a su falda… así paseaba por el colegio, consolando, acallando llantos, acunando pequeños… Una religiosa sencilla, que descubrió el tesoro que vale más que todas las riquezas del mundo y se enamoró de Jesús; de este Jesús que se acercaba a los niños y les bendecía.

Queremos dar gracias por habernos regalado, durante tantos años en esta comunidad y en este colegio de Inca, las manos y el corazón de la H. Coloma; ese corazón que latía a su ritmo para que Él pudiese abrazar y bendecir en su nombre.

El P. Carles Seguí en su funeral nos dijo:

“Ayer, domingo, cuando me llamaron para comunicarme que la H. Coloma había partido hacia la Casa del Padre, lo primero que me vino a la cabeza fue una gran religiosa, vestida con su hábito de la Pureza, con sus achaques pero decidida, saliendo al encuentro de un Niño pequeño que corría hacia ella. El Niño le abrazaba la falda y en ese abrazo ella sentía que su corazón seguía latiendo con más fuerza.

Esa mujer es la H. Coloma que ha sabido buscar a Jesús en cada mano tendida a los niños del colegio. Ese Corazón de Niño que nos sale al encuentro y comunica la pureza de la ternura del Padre por cada uno de nosotros. Dejemos pues que en este abrazo que le da el Niño Jesús a nuestra hermana, también nosotros encontremos la paz”.

Damos gracias a Dios, por el Don maravilloso de una vida totalmente entregada a Él. También damos gracias, por su presencia en estos últimos años de enfermedad; Nos cantaba a todos eso de “adiós con el corazón”, no daba una nota en su sitio pero nos hacía reír, su presencia nos ha hecho disfrutar de una verdadera vida en comunidad.

Una vida Religiosa llena de alegría, entrega, disponibilidad… Ahora que ya disfruta del Cielo, de la presencia de Jesús y la de su Madre, la Virgen de la Pureza, pedimos su intercesión por todos para que siga cuidando de su Comunidad, su Congregación, y de todos y cada uno de los niños que forman parte de nuestros Colegios.

 

 


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