María, Madre del Adviento, intercede por tu pueblo africano.

Ayuda

Ayuda a esta gente acostumbrada al sufrimiento. Que Dios envíe su ángel de paz para que cesen los combates. Combates que no tienen sentido, combates de hermanos contra hermanos en beneficio de terceros, que se enriquecen pagando poco para extraer la riqueza de esta tierra a costa de tantas vidas.

Ilumina

Ilumina a sus gobernantes, para que no pacten con potencias que destruyen la paz y el desarrollo incipiente del país, alcanzado con tanto sudor por sus habitantes. Ellos, los inocentes, que se convierten en víctimas del mecanismo explotador extranjero.

Anima

María continúa animando en los corazones la esperanza en un futuro mejor, logrado con el ejercicio de las virtudes sociales de la solidaridad y la conciencia de la propia identidad. Que el mal no esclavice a los pobres. Que no les atrape en el miedo y la frustración, que las falsas promesas no les lleven a traicionar a sus creencias ni a sus familias. Ojalá viva siempre en ellos la alegría del compartir, de la vida común y de la fraternidad. Que su fe en la Providencia y su corazón agradecido venzan siempre al desánimo y a la desesperación. María del Adviento acompáñales en todas sus luchas, en sus iniciativas y en sus progresos.

Socorre

Que su país sea siempre un hogar del que no tengan nunca que huir. Socórreles especialmente en estos tiempos de pandemia, en que los débiles se encuentran tan abandonados. Que tu intercesión les sirva de escudo y de fuerza para que no se vean hundidos en el abismo de la impotencia. Que tu Hijo Jesús sea el modelo y el maestro de sus vidas, el líder de sus ilusiones.

Ruega por tu pueblo africano, Madre del Adviento, para que sepan corregir sus errores con la humildad que les es propia, que busquen su salvación recurriendo siempre a Jesús y que, con tu ayuda, sean fieles discípulos suyos en sus palabras y en sus obras. Amén.

H. Mª Ángeles Cubillo

Virgen del Adviento grande