
28 Jul 50 años en África
50 años de presencia, entrega y esperanza: Jubileo de la Pureza de María en África
La Misión de Kafakumba se llenó de alegría, gratitud y memoria agradecida el domingo 20 de julio de 2025. Este día la comunidad celebró el cincuentenario de la llegada de la Congregación de las Religiosas de la Pureza de María a África. Fue en 1975 cuando las primeras hermanas emprendieron, desde España, el camino misionero que las llevaría a plantar la semilla del Evangelio en tierra congoleña. Hoy, 50 años después, aquella semilla ha dado frutos de fe, educación, salud y vida comunitaria.
La celebración se desarrolló en un ambiente profundamente espiritual y festivo. La Eucaristía jubilar, presidida por el obispo diocesano y concelebrada por numerosos sacerdotes, fue el centro del acontecimiento. En ella se recordó con emoción a las pioneras que, con fe valiente, cruzaron fronteras para entregar sus vidas al servicio de los más pobres. Los sectores principales de esta misión son la educación, la promoción de la mujer y la atención a los enfermos.
El mismo domingo 20 de julio, la parroquia de San Pedro y San Pablo, de la Misión de Kafakumba, clausuraba su Centenario. El señor obispo, Don Fulgencio Muteba remarcó los signos de los cien años transcurridos de la propagación de la fe entre los habitantes del lugar. La celebración de más de treinta matrimonios durante la Eucaristía, la bendición de la nueva campana de la iglesia y la rehabilitación de la gruta de la Virgen María al exterior de la curia fueron muestras vivas de la fe del pueblo tshokwe.
“La alegría de haber encontrado a Cristo, la alegría del Evangelio, no puede ser guardada para uno mismo. Esta alegría hay que sembrarla por todas partes, hay que comunicarla en toda circunstancia”, dijo una de las religiosas durante la lectura del mensaje enviado por la H. Elisa Anglés para este acontecimiento.
“En este día de gran fiesta reconocemos que el Señor ha hecho grandes cosas en Kafakumba.”
Fiesta, cultura y comunión
Después de la misa, la celebración de los 50 años continuó con presentaciones culturales, cantos, danzas tradicionales y comida compartida. Niños de la escuela de la misión, jóvenes catequistas, mamás formadas en los centros de promoción, antiguos alumnos y autoridades locales participaron con entusiasmo, como signo de una Iglesia viva y agradecida.
Mirar el futuro con esperanza
La jornada fue también ocasión para renovar el compromiso misionero de la Congregación en África. En la breve pero emotiva carta, la superiora general expresó el deseo de seguir caminando con el pueblo africano:
“Contamos con vosotros para que nuestras religiosas continúen la tarea que la Iglesia nos ha confiado otros cincuenta años o más …!”.
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