Fallece la H. Emeteria Rodríguez

Fallece la H. Emeteria Rodríguez

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La H. Emeteria Rodríguez Díez, religiosa de la Congregación Pureza de María, falleció el pasado 13 de mayo de 2025 en la comunidad de Manacor, a los 83 años.

Pinceladas de su vida

Nacida en Tejerina (León) el 11 de abril de 1942, dedicó más de seis décadas a la vida consagrada. Se entregó con pasión a la educación, la formación y el servicio en múltiples comunidades.

Ingresó en el postulantado el 2 de febrero de 1961 en Son Serra. Profesó temporalmente el 2 de agosto de 1963 y realizó sus votos perpetuos el 11 de agosto de 1968 en el Puerto de la Cruz (Tenerife). Celebró sus Bodas de Oro en Manacor el 25 de julio de 2013, rodeada de hermanas, amigos y antiguos alumnos que supieron reconocer en ella una vida fecunda y luminosa.

Su vocación educativa fue firme y constante. Estudió Magisterio en la Escuela de La Pureza (Mallorca) y, fiel a su espíritu inquieto y formador, participó en múltiples cursos, congresos y jornadas a lo largo de su vida. Nunca dejó de aprender para servir mejor.

Fue profesora de Primaria, coordinadora, directora, superiora local, profesora de religión, responsable de catequesis de Primera Comunión, y animadora de oratorios. Vivió en diferentes comunidades: Barcelona, Avenida del Cid, Los Realejos, Madre Alberta, Ontinyent, Inca, León de Nicaragua, Cumaná, Santa Cruz de Tenerife, y finalmente Manacor desde 2012. En ellas dejó una huella de fe, entrega y cercanía.

Quienes convivieron con la H. Emeteria Rodríguez destacan su espíritu inquieto, su conversación agradable y su buen hacer. En 2013, con motivo de sus Bodas de Oro, vivió con emoción una peregrinación a Tierra Santa, un regalo que ella misma consideró como una gracia inmensa.

Hoy queremos dar gracias por su vida, su testimonio y su entrega en Pureza de María. Nos unimos en oración confiando en que la H. Emeteria ya descansa en los brazos del Padre, a quien sirvió con alegría durante toda su vida.


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1 Comment
  • H Carmen Polo
    Posted at 13:59h, 15 mayo Responder

    Tengo la suerte de haber convivido con ella durante seis años, en Manacor y soy testigo de su buen estar y hacer, años que para ella no fueron fáciles, pues es cuando apareció la enfermedad que la ha llevado a la muerte. Supo afrontarla, tragarse el miedo y seguir haciendo felices a los que la rodeaban.
    Hace ya siete años que salí de Manacor y me siguen llegando estos días testimonios de padres, madres y profesores sobre ella, sobre la huella que ha dejado. Una buena hija de Madre Alberta, descanse en paz, y nos prepare el camino. Gracias, H. Emeteria.

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