04 Dic Horizontes y esperanzas
Horizontes y esperanzas en el Congreso de Pastoral Vocacional y Vida Consagrada
Nuestras hermanas Natalia Sánchez y Rocío Téllez han participado en el Congreso de Pastoral Vocacional y Vida Consagrada, bajo el lema Horizontes y esperanzas, celebrado en Roma del 1 al 3 de diciembre de 2017.
La Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA) ha organizado este Congreso para la preparación del Sínodo de los Obispos 2018 sobre “los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Este dicasterio ha convocado a los cristianos comprometidos en este desafío de la pastoral vocacional para abrir horizontes y esperanzas en la búsqueda de nuevos caminos, partiendo de las experiencias reales y positivas que ya se llevan a cabo.
El encuentro se ha realizado en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum. El programa ha sido el siguiente:
- La sequela Christi en el Nuevo Testamento, ofrecida por S.E. Mons. José Rodríguez Carballo, Arzobispo Secretario CIVCSVA.
- Los jóvenes hoy y la vida consagrada, de la mano de Pascual Chávez, SDB.
- Las culturas y la vocación a la vida consagrada: entre posibilidad y dificultad, a cargo de Timothy Radcliffe, O. P.
- Comunicación de la Secretaría para el Sínodo, ofrecida por Excmo. Card. Lorenzo Baldisseri, Secretario del Sínodo.
- Comunicación de la Congregación para el Clero, de la mano de Excmo. Card. Beniamino Stella, Prefecto de la Congregación para el Clero.
- Por último, todo ello ha sido amenizado a través de diálogos, trabajos en grupos por continentes, comentarios de diferentes experiencias de pastoral y acompañamiento vocacional y trabajos en grupos lingüísticos para la elaboración de propuestas para el Sínodo.
Comunicación de experiencia
Nuestra hermana Natalia, coordinadora de pastoral de la congregación, nos comenta:
«Han sido unos días para que los consagrados reflexionemos juntos sobre la pastoral vocacional a la luz de la preparación al Sínodo de los Obispos que tendrá lugar en el 2018.
La reforma de la Iglesia que nos propone el Santo Padre debe comenzar en el corazón de cada consagrado. Los jóvenes necesitan de la conversión de cada uno de nosotros para reflejar la belleza de nuestra vida, nuestra coherencia y transparencia… ¡adelante, el Señor nos envía a sus jóvenes!»
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