Dios visita a su pueblo

Dios visita a su pueblo

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Jesús-Eucaristía visita el poblado de Kanzenze. Os dejo con una poesía de la H. Victoria Braquehais y una foto que ilustra la vivencia de África en la fiesta del Corpus Christi.

En medio de la alegría

Y del dolor del mundo,

Cristo atraviesa nuestro pequeño poblado:

El Hospital,

El mercado,

El convento,

La escuela…

Instantes

en los que la Vida

Nos es dada

A sentir

Con todo nuestro cuerpo,

Con todo nuestro ser.

Experiencias

De este paisaje,

Dios,

Que vamos atravesando

A lo largo de la vida[1].

Que nos atraviesa también,

Y nos traspasa.

Que nos habita

Y que es siempre

Su Palabra,

Hoy,

Para nosotros.

África me ofrece

Lo que me falta,

Para respirar,

Y para vivir.

Es esa expansión misteriosa

De mi mundo interior,

El lugar en que

Soy trascendida en Ti,

Dando el ser

Para que otros

Tengan más ser.

Lo cierto es que

Estoy aquí,

Y que en algún lugar

Debemos estar,

Porque no somos más

Que pequeños contornos.

Quizás dé igual estar en un sitio o en otro

Y las cosas más importantes

No tengan

una explicación demasiado racional.

Elegimos desde el corazón,

Desde el centro,

Y en el fondo, somos llevados.

Lo vivo todo así,

En esa mezcla de llamada

Y creatividad,

De anhelos infinitos…

Ahí voy,

En una cáscara de nuez.

En esa tensión fecunda

Hasta que arribe

En la otra orilla del mar.

Cada quien ha de transitar

Caminos nunca trillados antes.

 

Seigneur,

Reviendras-tu ce soir

Pour combler enfin notre espoir

Par ta présence ?

 

Ushindi (H. Victoria Braquehais)

Kanzenze, Corpus Christi, 02 de junio de  2013



[1] [1] “En alemán la palabra Erfahrung, erfahren, expresa un movimiento sobre ruedas, un penetrar en un país, en un territorio, sobre ruedas. Parece que visibiliza de alguna manera que la experiencia no es poseer aquello que se experimenta, sino que la realidad se abre a nosotros, se nos entrega para que nos adentremos en ella, no para apropiárnosla sino para conocerla. El paisaje que atravesamos en coche no se mueve, no lo podemos llevar con nosotros, pero podemos entregarnos a él y quedarnos con su belleza y su dolor, con el mensaje que tiene para nosotros. Podemos escuchar su melodía, su palabra histórica y actual, podemos adentrarnos en el corazón de sus gentes, quedándonos con ellas (…) Dios es este paisaje en el que nosotros nos adentramos a lo largo de la vida, lo atravesamos como se atraviesa un campo, una región, un país. Dios no nos entrega su misterio, pero nos deja que transitemos por él, nos envuelve en su misterio y en algunos instantes eternos nos hace percibir su melodía hecha de palabra y de viento desnudamente. Toda nuestra vida es como un viaje a través del campo de Dios”. De la conferencia “La experiencia de Dios en Edith Stein”, Lleida, 2003. En: KAUFMANN, La fascinación de una presencia. Ed. Espiritualidad. Madrid 2007, pg. 151. Citado por GUARDANS, T. en “Cristina Kaufmann. A la búsqueda de lo esencial”. En Eides nº 65. Ed. Cristianisme i Justicia. Barcelona 2012.

 

 


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